Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores llenan de devoción las calles de Benalmádena Pueblo
Delegación de cultura

Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores llenan de devoción las calles de Benalmádena Pueblo

Benalmádena Pueblo vivió ayer con gran fervor y devoción la noche del Jueves Santo, cuando cientos de vecinos y turistas se agolparon en las céntricas calles del singular núcleo para recibir el paso de dos de las imágenes más queridas y veneradas en el municipio: Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Con túnicas negras y moradas, más de un centenar de nazarenos se dieron cita a las 20:00 horas en los Jardines del Muro, donde envuelto con rosas rojas esperaba el Cristo para cruzar el umbral del Salón de Tronos de la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del Santo Sepulcro y Resucitado, María Santísima de los Dolores, Lágrimas y de la Cruz. A la hora fijada comenzó el repique de campanas y, acompañado por la Real Cofradía Fusionadas de Málaga, comenzó la procesión del Nazareno, que fue seguido por el trono de palio, decorado con rosas y claveles blancos, en el que la Virgen de los Dolores lucía como novedad un manto de terciopelo azul con aplicaciones bordadas en oro, elaborado por sus camareras.

La alcaldesa de Benalmádena, Paloma García Gálvez, presidió la comitiva, acompañada por la concejala de Participación Ciudadana, Ana Macías, entre otros miembros del Gobierno municipal, y por el hermano mayor de la Cofradía, José Muñoz. “Es para mí un honor acompañar a la Hermandad del Nazareno durante su recorrido procesional por las calles de nuestro municipio, una de las cofradías con más arraigo e historia de nuestro municipio, que cuenta con el cariño y el respeto de todo su pueblo”, manifestó la regidora, que destacó que “el Jueves Santo arropamos a dos de nuestras imágenes más veneradas: el Nazareno, una talla que data del año 1942, realizada por el imaginero granadino Martín Simón, autor del Cautivo de Málaga, y la Virgen de los Dolores, una imagen anónima, que se remonta al siglo XVIII y cuya mascarilla fue salvada del fuego durante la Guerra Civil gracias a nuestra vecina Mariana González”. “Esta procesión nos hace partícipes de momentos muy emocionantes, destacando el encuentro de los dos tronos en la Plaza de España, cuando regresan de su recorrido por las calles del Pueblo”, añadió García Gálvez.