El jueves 18 de mayo, a las 18.00 h., la Escuela de Padres ha organizado una nueva charla, “Los riesgos para la salud de fumar en cachimba”, a cargo del Dr. Juan Sampere, médico de familia experto en tabaquismo que aclarará las dudas de las familias asistentes.

Esta charla es una actividad enmarcada dentro de la linea 2 del actual Plan local de salud de Benalmádena, cuyo objetivo es “prevenir las conductas de riesgo en jóvenes”. La campaña incluye información a través de la Escuela de padres, talleres para jóvenes en los Institutos, e inspección y vigilancia de los locales de consumo.

Fumar tabaco en pipa de agua (hookah, narguile) se está convirtiendo en algo frecuente en todo el mundo y es una de las formas más populares de consumo de tabaco entre los jóvenes. Expertos de todo el mundo han alertado de los graves riesgos para la salud que conlleva esta costumbre cada vez más extendida entre los adolescentes. Bajo la falsa creencia de que es menos dañino que el cigarrillo o que se queman productos sin nicotina, solo con aromas frutales, los usuarios están inhalando grandes cantidades de productos tóxicos, algunos de ellos cancerígenos, causando daños importantes en su salud.

Entre 30 y 50 bocanadas de cachimba ingeridas durante una sesión de aproximadamente una hora equivale a dos paquetes de cigarrillos. Con independencia de si lleva o no nicotina, tabaco o hierbas aromatizadas, al quemarse se generan durante la combustión muchos de los mismos compuestos tóxicos del cigarrillo, con el agravante de que las emanaciones del vapor de la hookah o shisha proporciona en cada sesión 125 veces más humo, 25 veces más alquitrán, 10 veces más monóxido de carbono y 2,5 más nicotina que un cigarrillo con filtro. El monóxido de carbono puede producir mareos o sincopes por intoxicación.

Existe una falta de transparencia a la hora de determinar las sustancias incluidas en el narguile ya que los etiquetados son engañosos. Existe la falsa creencia de que el agua tiene un efecto “limpiador de tóxicos”, algo que se ha demostrado falso.

Otros riesgos importantes que se derivan del uso compartido de boquillas y mangueras es su implicación en la propagación de ciertas enfermedades transmisibles, entre ellas el herpes y la tuberculosis.