La alcaldesa preside la presentación de la nueva imagen del Castillo El Bil Bil tras su rehabilitación
Delegación de vías y obras

La alcaldesa preside la presentación de la nueva imagen del Castillo El Bil Bil tras su rehabilitación

La alcaldesa de Benalmádena, Paloma García Gálvez, presidió el pasado sábado el acto de presentación de la nueva imagen del Castillo El Bil-Bil tras las obras de rehabilitación acometidas en el emblemático inmueble. Un proyecto valorado en medio millón de euros, sufragado a partes iguales por el Ministerio de Turismo, la Junta de Andalucía y el propio Ayuntamiento, que ha tenido como principal objetivo mejorar, actualizar y rehabilitar la imagen del edificio sin cambiar su estética actual y que constituye la primera intervención que ha contemplado desde hace casi dos décadas. El evento comenzó con el descubrimiento de la placa a cargo de la regidora, que estuvo acompañada por la concejala de Vías y Obras, Concha Cifrián, y por el gerente del Consorcio Qualifica, Miguel Ángel Báez, y continuó con un recorrido por los exteriores para mostrar a los asistentes la remodelación. El acto contó además con la presencia de otros miembros del Gobierno municipal, del equipo técnico de las distintas administraciones implicadas, así como también de la empresa constructora; de los representantes de los diferentes colectivos sociales y culturales y de una amplia representación del sector turístico de la Costa del Sol. Finalmente, Los asitentes pudieron disfrutar de un vídeo explicativo de la rehabilitación llevada a cabo en el Castillo del Bil-Bil y de una actuación a cargo del grupo instrumental ‘Kandinsky’ de Benalmádena.

La primera edil mostró su satisfacción por la culminación de “uno de los proyectos más importantes que hemos impulsado desde el equipo de Gobierno y con el que hemos demostrado a la ciudadanía nuestra gestión y nuestra apuesta por poner en valor nuestras riquezas turísticas y culturales”. 'La conservación debe ser algo que comienza en el presente; si no es así, jamás podrá ser huella del pasado ni legado hacia el futuro”, manifestó García Gálvez, que afirmó que “esa fue la premisa fundamental que movió a este Gobierno municipal a impulsar con todas nuestras fuerzas la rehabilitación de este bello edificio y de todo su entorno, al que su cercanía a nuestro litoral le había causado importantes erosiones y daños”. “Los benalmadenses se merecían esta rehabilitación, pues desde 1995 esta importante pieza de nuestro patrimonio apenas había sido fruto de los trabajos de mantenimiento que requiere un inmueble de sus características”, apuntó la alcaldesa.
“Este Gobierno municipal no olvida que somos un municipio turístico de primera índole, el cual debe mejorar la gestión de sus recursos y, por ende, su competitividad en acciones que generen empleo y que dinamicen su actividad económica y empresarial”, señaló la regidora, que indicó que “desde el primer momento hemos apostado por la mejora de nuestra oferta turística, para lo que hemos contado con el apoyo de otras administraciones como la central, a través de la Secretaría de Estado de Turismo, así como también de la Junta de Andalucía”. La primera edil resaltó que “juntos, de la mano, hemos apostado en primera lugar por zanjar una deuda que teníamos con nuestros ciudadanos, como ha sido la glorieta de Solymar, entrada principal a la mejor marina del mundo; un proyecto ya concluido al que ahora se le suma esta nueva imagen que ya se merecía nuestro Castillo El Bil-Bil”. “Y es que este equipo de Gobierno ha trabajado a contrarreloj durante este año y medio para acometer más de una treintena de proyectos en infraestructuras, con una inversión superior a los 6 millones de euros, que han puesto en valor la riqueza de nuestro patrimonio histórico, cultural y artístico, no sólo en nuestra franja costera sino también en los otros dos núcleos que conforman nuestra localidad”, añadió la alcaldesa.

Patrimonio histórico, cultural y turístico
Por su parte, Cifrián explicó la historia del inmueble, “que se remonta a 1934, cuando un matrimonio encargó al famoso arquitecto Enrique Atencia una casita de baños en un terreno rocoso y de fuerte pendiente hacia el mar; jamás lo habitaron pues la construcción finalizó con el comienzo de la Guerra Civil, por lo que vendieron el inmueble a la familia americana Shestrom, que le dieron esa concepción espacial islámica y lo denominaronn Castillo de El Bil Bil, utilizando un juego con las contracciones de sus nombre: Elsa, la madre (El); Willian, el padre (Bil); y Willian, el hijo (Bil)”. “El Bil Bil, que curiosamente en árabe significa el ruiseñor canta”, señaló la concejala.

“Los Shestrom habitaron el castillo cerca de 30 años como vivienda particular, periodo en el que este entrañable espacio fue testigo del vertiginoso crecimiento del turismo en nuestra costa, quedando poquito a poco aislado como un oasis entre los edificios que pueblan nuestras inmediaciones”, añadió Cifrián, que matizó que “a finales de los 70 se vende nuevamente el Castillo y lo adquiere Gerard Saintmoux, un antiguo mercenario en el Congo Belga, que se hizo con él con fines meramente especulativos por su excelente ubicación y lo dejó intencionadamente en el más absoluto abandono”. “En los años 80, el Ayuntamiento declara en el PGOU el terreno en el que se ubica como zona verde, cercenando con ello el posible negocio, por lo que Saintmoux decide venderlo al Consistorio”. “Desde mediados de los años 90 no se había reformado, por lo que, cerca de 20 años después, su rehabilitación se hacía más que necesaria”, subrayó la edil.